martes, 4 de febrero de 2020

Celebre el Día Nacional de la Pachamanca con su versión casera ‘a la olla’

Aprende cómo preparar este delicioso potaje andino, te compartimos la receta.

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Desde el 2015, cada primer domingo de febrero se celebra el Día Nacional de la Pachamanca, un emblemático platillo resultado de la cocción, al calor de piedras precalentadas, de carnes de res, cerdo, pollo y cuy previamente aderezados con verduras aromáticas como chincho, huacatay, ají, así como comino, pimiento y otras especias. También se cocinan como acompañamiento cultivos andinos como papa, camote, choclo, habas en vaina y humitas. Es muy común encontrarlo en zonas andinas como Cusco, Ayacucho, Junín y Huánuco, así como también en la región de La Libertad.

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Para disfrutar del exquisito sabor de este platillo ancestral, la Chef Judith Aquino, instructora de cocina peruana del instituto gastronómico D’ Gallia, nos enseña una opción a la olla muy sencilla de preparar, para 5 personas. ¡Atenta y toma nota!

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Ingredientes

600 gramos de panceta de cerdo

600 gramos de cordero (parte pierna)

600 gramos de pollo (piernas y entre piernas)

2 choclos tiernos

½ kilo de queso fresco

5 humitas dulces

1 kilo de papa huayro

½ kilo de habas

5 camotes amarillos

pancas de choclo

50 gramos de ajo molido

Orégano, sal, pimienta y comino al gusto.

Marinado

30 gramos de hierba buena

100 gramos de chincho

50 gramos de huacatay

30 gramos de culantro

200 mililitros de chicha de jora


Preparación

Cortar la panceta de cerdo en trozos generosos, al igual que la pierna de cordero y colócalos en un bowl. Condimentar con sal, pimienta, comino, orégano seco restregado, ají panca y ajos.

Licuar todos los ingredientes del marinado y añadirlo a las carnes. Mezclar bien y dejar reposar en la refrigeradora por 4 horas como mínimo.

Calentar una olla de barro y disponer pancas de choclo en la base, disponer las carnes, agregar camote, papas, choclos, las habas en vaina y las humitas. Bañar con el líquido del marinado restante y cubrir con pancas de choclo. Tapar la olla y cocinar por una hora.

“El chincho y el huacatay son la base de la pachamanca, estas hierbas junto a las demás deben molerse junto a la chicha de jora. Esto permitirá ablandar las carnes y le dará un toque de acidez a la preparación”, recomienda la chef Aquino.


Tips de cocina

- Un buen consejo para evitar que se escapen los vapores durante la cocción es sellar la tapa con masa muerta (mezclar harina y agua hasta formar una pasta).

- Solo debe cocinar durante una hora aproximadamente y ya está listo para servir y disfrutar. Acompañe con las clásicas humitas de choclo y trozos de queso fresco.

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martes, 28 de enero de 2020

Como la comida peruana, ninguna

¿Cómo fue el proceso que siguió la comida peruana desde Aquellos añejos días de 1532 en que Francisco Pizarro llegara a Tumbes en su tercera expedición y empezara a conocer nuevos productos y a saborear otros alimentos?

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En el siglo XVIII, la original extensión del virreinato peruano se fue reduciendo debido a la creación de otros núcleos como la Capitanía General de Chile, el Virreinato de Nueva Granada y posteriormente la Capitanía General de Venezuela y el Virreinato de Buenos Aires, pero la capital seguía siendo Lima, en donde se podían apreciar las manifestaciones sociales y religiosas en medio del lujo, boato y despilfarro, gracias al movimiento comercial generado por los navieros instalados en la ciudad.

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En ese contexto, la gastronomía era, junto con la música y la danza, el acompañamiento obligado en todas las reuniones a las que accedían la nobleza y el pueblo, siendo Moquegua y Jauja los graneros que surtían de productos a la capital, lo mismo que los valles costeros y pueblos de la Sierra. Los arrieros, aquellos caminantes de cien destinos, eran los encargados de llevar a Lima todo tipo de artículos, entre comestibles y de uso diario, mientras se acompañaban con la guitarra interpretando melodías que han quedado guardadas en las tradiciones, como mulisas, huaynos, yaravíes.

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La historiadora limeña Rosario Olivas Weston, profesora de la Escuela de Gastronomía de la Pontificia Universidad Católica, decidió hacer un recorrido por la Historia oficial para recoger aquella que se guarda entre cubiertos y manteles, tan importante como la primera, pero dejada de lado por siglos.
“En Lima, no había datos sobre una cultura gastronómica nacional porque solo se encontraban recetarios, por eso decidí realizar investigaciones para dar a conocer el proceso y evolución de la comida peruana, pero fundamentalmente cómo fue en Lima”.


Como resultado de este largo trabajo que le demoró treinta años, fueron las ediciones de los libros “La cocina en el Virreinato del Perú” (1996), “La cocina cotidiana y festiva de los limeños en el siglo XIX” (1998), “Cusco, imperio de la cocina” (2000), en los que nos muestra con detalle la llegada, entre otros elementos, de granos como el trigo y la cebada, tan buscados por los europeos, rescatando el nombre de sus promotores. Así, cuenta que fue doña Inés Muñoz, esposa del adelantado Martín de Alcántara, quien encontró unos granos de trigo en un barril de arroz y los sembró. Ello ocurrió en 1535, fecha de la fundación de la capital del Virreinato.

Hacia 1539 se construyeron los primeros molinos y ya en 1541 se hacía pan, pero era un lujo adquirirlo por su alto costo. La población andina asentada en Lima también hacía el suyo, pero más rústico y quizá de mejor sabor por ser menos elaborado.

La historiadora nos relata que la chicha, esa bebida milenaria presente en las culturas Huari (a base de molle y maíz), mochica, (de maíz) como otras de quinua o también del maní centroamericano, fue en la Lima de los años 60 una bebida muy consumida, pero esa costumbre se fue perdiendo. “Nuestra gastronomía es incompleta sin este complemento autóctono”.

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Buen diente

Gracias a Olivas nos enteramos de que los cronistas fueron los primeros en dar detalles de comidas y sabores en este “reino del Pirú”, especialmente Bernabé Cobo –al parecer de buen diente– quien, junto con Garcilaso, nos pone al tanto de la dieta de los peruanos que fue adoptada por los conquistadores. En los primeros tiempos se consumían maíz, papa, quinua, pescado, perdices y se refrescaban con agua, chicha y masato. Además, el menú se complementaba con paltas, guanábanas, tumbo y otros frutos traídos de Santo Domingo, Haití. De México pudieron llegar los famosos tamales, que en nuestras tierras cambiaron de sabor gracias a los africanos.

Otros aportes fueron la mazamorra morada, el sanguito, mazamorra de cochino.

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Al sabor típico de los chupes, locros, humitas, huatias, azua (chicha), los españoles añadieron sus productos y condimentos, iniciando así el mestizaje gastronómico.
El padre Buenaventura de Salinas (1631) manifiesta que causaba mucha admiración la nieve que coronaba la Cordillera de los Andes y que podía ser vista desde la ciudad de Lima. Esa nieve se traía en recua de mulas para refrescar el agua y la aloja hasta muy entrado el siglo XIX. 

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Si bien Lima era una ciudad de grandezas, muchas familias se arruinaron por servir mesas opíparas, como anota la Rosario Olivas, haciendo hincapié en que durante el Virreinato las comidas se servían en dos horarios: el almuerzo a partir de las nueve o diez de la mañana y la comida, desde las tres o las cuatro de la tarde, o un poco más. Al final del día, casi a medianoche se tomaba una colación consistente en una jícara de chocolate con bizcochos. Esta bebida se servía tan espesa que la cucharita se paraba en medio.

Las famosas visitas a las que las limeñas eran tan devotas por los dimes y diretes, se celebraban entre las once de la mañana y las tres de la tarde y las vespertinas, después de las comidas, entre las cinco o las seis hasta las once de la noche.

El plato típico del almuerzo popular era el sancochado, seguido del puchero, la olla española y el chupe. En las mesas de la aristocracia, cada uno se servía de lo que más apeteciera y había una selección de veinte fuentes diferentes. A las visitas se les atosigaba de platos (siete primero, después seis) aunque las mujeres de la casa comían poco, prefiriendo leche de vinagre y los chicharrones de cerdo. Para la dueña de casa era la famosa sopa verde. En el siglo XVII, los limeños eran muy aficionados al “pan y miel” que no era otra cosa que la sopa de pan de semita con miel.

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Los banquetes de la aristocracia estaban influenciados por la cocina española y los platos principales sumaban doce, los segundos once y los terceros otros once. Entre estos anotamos: perniles, ollas podridas, pavos asados, perdices asadas con salsa de limones, zorzales asados, truchas fritas, tortas de cidra verde, palomas torcaces con salsa negra, manjar blanco, buñuelos al viento.

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martes, 16 de mayo de 2017

Tacu Tacu

Ingredientes:
  • ½ kilo de frejol canario
  • ½ kilo de manteca de chancho en cubitos
  • ½ kilo de arroz cocido graneado
  • 2 cdas. de aceite
  • 1 cebolla roja grande picada en cuadraditos
  • 4 dientes de ajo molidos
  • 3 cdas. de ají amarillo molido
  • Sal, pimienta y orégano


Preparación

Con la ayuda de un sartén proceder a realizar un aderezo básico agregando la cebolla picada (corte Brunoise) y el ajo molido. Y dorar por 20 segundos
Incorporar el frejol cocinado (debe ser del día anterior) y mover ligeramente de un lado hacia otro. Dejar dorar hasta que el aderezo tome color junto al aderezo básico.
Luego agregar el arroz cocinado y con la ayuda de una cuchara comenzar a chancar hasta anivelar el frejol y el arroz. Integrar todo hasta lograr una masa.
Desocupar el mismo sartén o con la ayuda de otro; realizar otro aderezo básico agregando aceite y ají amarillo; e incorporar la masa hecha anteriormente. Y comenzar a moldear.
Servir acompañado de huevo frito (estilo pobre).



Causa de Cangrejo

Ingredientes:

  • 900 gramos de papa amarilla tipo yucon gold, sancochada y pelada
  • 4 cucharadas de jugo de limón
  • 2 cucharadas de aceite vegetal
  • 4 cucharadas de ají amarillo molido
  • Sal
  • 12 onzas de pulpa de cangrejo
  • 1 palta
  • 4 cucharadas de mayonesa
  • Perejil fresco
  • 2 cucharadas de jugo de limón
  • Togarashi (pimienta de Cayena molida)



Preparación

Sancochar las papas y hacerlas puré mientras todavía estén calientes. Dejar enfriar, luego, añadir limón, ají amarillo molido, aceite y sal. Mezclar bien, empleando las manos para formar una masa pareja. Aparte, combinar la pulpa de cangrejo con la mayonesa, jugo de limón, sal y togarashi.
Para servir, la causa de cangrejo, en un molde para bizcocho, colocar primero una capa de causa y añadir la ensalada de pulpa de cangrejo. Cubrir con otra capa de causa y colocar sobre ésta algunas rodajas de palta (aguacate)*. Sazonar con sal y jugo de limón. Finalmente, cubrir con la última capa de causa.


jueves, 4 de mayo de 2017

Tamal Criollo


Ingredientes:

10 choclos grandes (maíz, elote)
½ k (1 lb) pollo
3 dientes de ajo
50 g (1/8 lb) maní tostado
200 g (1/2 lb) manteca
12 aceitunas negras sin pepas
1 cebolla grande
4 ají mirasol secos
3 huevos cocidos
Sal
Pimienta
Ají al gusto
Pancas de choclo u hojas de plátano
Salsa criolla


Preparación

Rallar los choclos. Abrir los ajíes mirasol seco, despepitar. Lavar bien y hervir con agua por 5 minutos. Eliminar agua y licuar con un poco de aceite vegetal. Formar una pasta.
En una sartén colocar 2 cucharadas de manteca y cuando esté caliente freír la cebolla finamente picada, el ajo, sal, pimienta, pasta de ají molido y la carne de pollo cortada en trozos regulares
Una vez que el pollo esté dorado, añadirle agua o caldo (que cubra) y dejar que el pollo se cocine a fuego lento.
Aparte, en una olla poner los 200 g de manteca. Una vez que ésta haya derretido se agregan los choclos rallados y se mueve constantemente.
Luego se incorpora la preparación anterior (el pollo, los condimentos y el caldo). Dejar cocinar hasta que la masa de choclo esté cocida y haya espesado.
Finalmente, para armar el tamal se pone un poco de la mezcla del choclo al interior de las hojas de plátano o las pancas de choclo (uniendo 2) previamente lavadas.
Colocar un trozo de pollo, un cuarto de huevo cocido, maní tostado y aceituna. Cubrir con un poco más de la mezcla del choclo. Envolver con las hojas de plátano y atarlo con tiras de la misma hoja
Una vez armados todos los tamales, cocinarlos en una olla grande con poca agua por espacio de una hora.
Servir con salsa criolla.